El cole 2021



Testimonios de la experiencia

  Vera Lucía Mayorga Puga, 20 años:


Hasta antes de realizar esta investigación, a lo largo de mi trayectoria como estudiante de Comunicación, no me había tocado la labor de tratar de comunicarme con niños. Nos preparamos con teorías de Freud, Piaget, entre otros, para crear dinámicas que nos permitieran lograr una buena comunicación con los niños de 1er grado de primaria; sin embargo, en mi opinión, aunque la investigación previa nos ayudó a guiarnos, no es lo único que se necesita para estar realmente preparado para entablar una relación amigable con ellos. Desde mi propia experiencia, puedo decir que no estaba lo suficientemente preparada para entenderlos. Para mí, trabajar con un grupo como es el de niños de 6 años, me hizo preguntarme dónde dejé mi propia niñez. "¿Por qué no los entiendo, si yo también tuve 6 años?" me preguntaba mientras trataba de acercarme a ellos. El desafío que, como comunicadora, representó para mí tratar de llegar a los niños para obtener respuestas, me hizo pensar que quizá la educación de hoy va limitando la creatividad de las personas, cambiándola por lógica, conforme ellas crecen; tal vez por eso, en un principio, me fue tan difícil comprender lo que me querían decir los niños. Cuando me di cuenta que tenía que dejar de lado mi parte racional, me fue resultando más fácil el poder hablar con ellos, entender sus respuestas y lograr que ellos me entiendan a mí. ¡Incluso uno de ellos me dibujó y me regaló lo que hizo! Creo que ninguna de nosotras estaba del todo preparada para este reto en un inicio; lo bueno fue que aprendimos de lo que nos salía mal, y al aplicarlo a un nuevo salón, lo hacíamos mejor, y los niños participaban más. Aunque nuestra dinámica fuerte era el show de títeres (esto era lo que más los emocionaba), a mí me gustó, sobre todo, la dinámica de los dibujos. Ver y escuchar sus propuestas sobre el colegio del futuro... con momias, dinosaurios, zoológicos, carpetas voladoras, ascensores que te lleven directamente a tu salón (quizá por un motivo de síndrome de la impaciencia, tal vez por uno de diversión), colegios castillo, colegios cohete, etc. me motivó, me hizo pensar que si un niño pudiera elejir cómo sería su colegio, con todo lo que su imaginación le dicta, se podría evitar que la educación actual siga fabricando adultos lógicos y cerrados, en vez de formar personas de mente abierta que construyan conocimiento. Y sinceramente espero que los niños que hemos tratado en esta experiencia sean, en el 2021, de éstas últimas.



 
Sabrina Yarlequé Donayre, 20 años:


Sin duda trabajar con los niños significó un reto que aceptamos al inicio de nuestro proyecto. Tengo un hermano de cuatro años y sé que necesitas mucha paciencia, comprensión y atención para lograr que te entiendan y por supuesto, para poder entender lo que ellos quieren.
Antes del proyecto aprendí mucho de psicología con niños pues hicimos una investigación para poder crear las dinámicas y juegos con ellos.¡Es verdad lo que dicen los autores: los niños son tan sinceros y espontáneos con sus comentarios!, ellos no piensan "se verán bien lo que digo" "qué pensarán de mi" "digo esto o aquello"...eso sólo sucede con nosotros los adultos... Confieso que cuando estaba en la puerta del primer salón que visitaríamos me sentí muy nerviosa porque pensé que no podríamos con ellos. En todos los salones los pequeños nos recibieron con mucha energía, eran súper inquietos pero mostraban muchas ganas de ver lo que teníamos preparado para ellos. Sus ojos llenos de emoción cuando vieron el escenario del show de títeres, sus miles de preguntas, sus voces diciéndome "Miss", sus dibujos con mundos de fantasía, sus bromas inocentes, su rapidez y vivacidad, sus ansias de jugar y entre otras-miles de experiencias-me hacen reflexionar que en mi papel de comunicadora soy capaz de crear herramientas innovadoras para aportar con más que un granito de arena para la educación de mi país.



Fiorella Palomino Bueno, 19 años:

Los niños tienen un imaginario muy amplio. Esa es la premisa que me quedaba cuando salíamos de cada salón de clases de los colegios asistidos.
Cada dinámica que realizábamos fue de suma utilidad ya que aplicamos los métodos de los dibujos y de los juegos, que motivaron en los niños su activa participación.
Además de ello, se realizó la dinámica de los títeres, que para mí fue la mejor parte de esta experiencia, ya que contribuyó al desarrollo de la investigación, así como también se logró entablar una relación más amical con los niños por medio de divertidos personajes.
Con el análisis realizado notamos que en ambos colegios tanto María de la Encarnación como Jhon F. Kennedy presentaban diferencias en cuanto a la educación impartida, ya sea en parte por las opuestas condiciones en que se encontraba cada centro (uno era estatal y otro particular).
A pesar de ello, no fue impedimento alguno para que los niños se desenvolvieran de la mejor manera frente a las actividades que nosotras le planteábamos. Estaban siempre sonrientes y dispuestos a colaborar.
Justamente son en esos detalles en que nos damos cuenta de la importancia de la labor del comunicador en este tipo de situaciones desequilibradas y de contraste que existen en la educación y que por los mismos pequeños,aún en formación,se debe desarrollar propuestas creativas e inclusivas para el mejoramiento de la educación en el Perú.





Diana Torres Acuña, 20 años:
Este trabajo realmente significó todo una prueba para mí, con mi grupo hicimos una investigación previa que nos abrió un marco general en la investigación, preparamos las dinámicas, se coordinaron las visitas, y todo parecía salir perfecto para el trabajo de campo en el colegio María de la Encarnación. Pero una vez ahí dentro, frente a los niños de primer grado notamos muchas carencias en el planteo de las dinámicas, no podíamos llegar a los niños, habían problemas de comunicación, y muy grandes. Por un momento pensé que la investigación iba a quedar mal e inconclusa. Pero era un trabajo en equipo y cada una de nosotras nos apoyábamos y nos animábamos cuando las cosas no salían como esperábamos. Realizar la investigación con los niños al inicio fue frustrante, pues no sabíamos cómo llegar a ellos, tuve que tratar de recordar cómo era yo cuando tenia esa edad, y como miraba el mundo en aquel entonces, tuvimos que replantear algunas dinámicas y mejorar las estrategias de comunicación con lo pequeños, el problema no eran ellos, el problema era nuestro, no sabíamos como llegar a ellos, teníamos que hablar su “lenguaje”, compartir su mundo, ganarnos su confianza y su respeto, para poder descubrir como ellos imaginaban el colegio del 2021. Finalmente creo que nos convertimos en las portavoces de esa gran imaginación y creatividad que ellos manejan sobre todo a esa edad. Fue una experiencia súper rica, escucharlos, jugar con ellos, las risas que compartimos, los momentos de tensión en los que la impaciencia nos alejaba del objetivo, jugar a ser el grande que dictaba las reglas y ellos los niños que obedecían, no estaba permitido, teníamos que entrar a su mundo y jugar a ser uno de ellos, y una vez que descubrimos la llave fue divertido, cada niño es un mundo distinto, pero todos se caracterizan por lo mismo, quieren jugar y solo jugar hasta el cansancio ser, felices y disfrutar. Sin duda en esas pocas horas que compartimos con ellos pude aprender muchísimo y lo mejor de todo fue que me divertí haciéndolo.
Finalmente quiero agradecer a los colegios que nos abrieron las puertas y a todos los niños que hicieron posible este trabajo, realmente son ¡asombrosos!